Veo las horas pasar y me pongo a pensar
cómo me gustaría el tiempo cambiar
tener el poder de elegir si ir o venir,
saltar momentos o repetir
aquellos que dejaron en mí
imborrables huellas.
Pero ese poder tan grande,
solo el omnipotente lo tiene.
No está en mis manos y
tan sólo me queda desear
que mi mente perdure joven
para que nunca deje de soñar.